Septiembre es odiado por muchas personas. Es el mes en el que para la gran mayoría se acaban las vacaciones, el mes en el que los niños comienzan el cole, y parece que se amontonan de golpe las obligaciones. De ahí que en los telediarios hablen de depresión postvacacional, o de que los divorcios aumenten en este mes.
Sin embargo, podemos darle la vuelta y comenzar a ver septiembre como el mes de las oportunidades. Es el mes en el que podemos comenzar algo nuevo, hacer todo de una manera diferente e incluso podemos continuar nuestras vacaciones dentro de nuestro ritmo de trabajo. Si conseguimos eso, seguiremos de vacaciones durante todo el año, y el otoño y el invierno serán mucho más llevaderos. Porque, al fin y al cabo, nuestra actitud es lo que determina la forma en la que vemos y vivimos nuestra realidad.
Jim Rohn dice lo siguiente: "Me parece fascinante que la mayoría de las personas planifiquen sus vacaciones con más cuidado de loq ue planean sus vidas. Quizás sea porque huir es más fácil que adaptarse."
Y que cierto es, propongámonos planificar nuestro día a día con la ilusión que planificamos nuestras vacaciones y, de esa forma, sentiremos que volver a nuestras responsabilidades es igual de motivador que dejarlas de lado por un tiempo de descanso.
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