Cada día se encuentran más casos de gerontofobia, gerascofobia y edadismo. ¿Qué significan estos términos? Se trata de trastornos o miedos intensos, excesivos, irracionales y persistentes hacia las personas adultas mayores y/o a envejecer, con sus consiguientes comportamientos discriminatorios, tópicos y actitudes negativas hacia las personas de edad avanzada.
Esto implica que, en muchos casos, se tenga una idea negativa acerca de multitud de cuestiones en las personas con una edad relativamente avanzada. Y, como no podía ser de otra manera, la sexualidad también se ve afectada en la visión que tenemos acerca de nuestros mayores.
Una pregunta frecuente trata acerca de la edad en la que la vida sexual desaparece y
la respuesta es todavía más simple que la propia cuestión. No hay un límite de edad para mantener relaciones sexuales ni para sentir deseo sexual, y esto es así porque depende mucho de cuestiones personales y de muchos factores que actúan conjuntamente.
La vida sexual es un asunto muy personal. Tal y como Carlos de la Cruz, especialista en sexología, dice “hay tantas sexualidades como personas sexuadas”. Y que razón. Cada persona está afectada por numerosos factores que determinarán su deseo sexual, su vida sexual y también como no su sexualidad en general.
A pesar de los mitos que nos transmiten que las mujeres pierden su deseo sexual cuando llegan a la menopausia o que las disfunciones sexuales masculinas tienen cierta edad tardía de aparición, debemos considerar la idea de que generalizar en cuanto a la sexualidad es un error, así como lo es también en otras disciplinas de conocimiento.
Lógicamente, con respecto a la edad uno de los factores más influyentes puede ser el orgánico. Dentro del mismo, la aparición de enfermedades o los tratamientos médicos para las mismas va a influir de forma determinante en el deseo y vida sexuales. También los harán las hormonas. Estas estarán en diferentes medidas en cada persona, pero se puede considerar que después de la menopausia, que suele aparecer alrededor de los 50-55 años, las hormonas descienden. Este descenso se puede relacionar con menor deseo sexual, o mayores molestias sexuales. Sin embargo, debemos decir, que, a partir de esa edad, hay gran variedad de casos, y cada mujer se adaptará a una nueva realidad de formas muy diferentes, dependiendo de si está en una pareja estable o no, de los intereses propios, de la fase hormonal, de si está con un tratamiento hormonal sustitutivo, … Además, de nuevo, pueden aparecer determinadas enfermedades que vayan a influir en este momento.
En el caso de los hombres, las hormonas no decaen con la edad, pero esto no implica que no puedan aparecer problemas orgánicos, como cáncer de próstata o cualquier otra patología prostática u otros factores orgánicos que influyan en la actividad sexual: hipertensión, diabetes, … y esto puede ir de la mano de dificultades en las erecciones o en su mantenimiento óptimo.
Además de estos factores físicos, existen lógicamente factores psicológicos y sociales que van a influir en la vida sexual del individuo, ya que no será lo mismo cuando se está en una relación de cuarenta años de duración o si uno comienza a conocer a una nueva persona, así como no será igual dependiendo de las amistades, estilo de vida, ritmo o actividad de la propia persona. Es decir, quizás una persona deportista, que siga realizando actividades variadas y con actitud proactiva mantenga su vida sexual hasta muy tarde.
Es decir, la respuesta sería, tal y como hemos mencionado, que no hay ningún límite de edad para mantener relaciones sexuales. Por lo tanto, si la persona está bien y tiene ganas, puede mantener relaciones sexuales sin límite de edad.
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